¿Se puede vivir sin plástico?

El plástico es un material de uso extendido en el mundo. Sin embargo, contamina y se encuentra “en los lugares más remotos de nuestro planeta”, advierte Agustina Besada, emprendedora social, exploradora de National Geographic ycofundadora y directora de Unplastify (una empresa social que tiene como misión cambiar la relación humana con ese material).

Besada explicó que, si bien es imposible eliminar por completo el plástico de la vida de las personas, se puede disminuir su consumo

La campaña Julio sin Plásticos es una iniciativa impulsada desde 2011 por la australiana Rebecca Prince-Ruiz, fundadora y directora ejecutiva de la Fundación Libre de Plásticos.

Según describe su página web, se trata de un movimiento global en el cual los ciudadanos, las empresas y los gobiernos se unen para tomar medidas que reduzcan los desechos plásticos

En intercambio por correo electrónico, Prince-Ruiz, graficó el impacto de la campaña al destacar que a nivel mundial, en 2021, los participantes redujeron 2,1 millones de toneladas de residuos. 

¿Es realmente posible vivir sin plástico?

Aunque Besada reconoce que vivir libre de plástico es prácticamente imposible, destaca que es viable reducir su consumo.

En ese mismo sentido, Prince-Ruiz advierte: “No se trata de estar completamente libre de plástico”. Es que, para la australiana, los artículos de un solo uso, que utilizamos durante unos segundos o minutos pero que tardan cientos de años en descomponerse son los que debemos descartar de nuestra vida cotidiana.

En la misma línea que la fundadora de Julio sin Plásticos, la exploradora argentina asegura que la clave está en intentar vivir sin plásticos descartables, porque está demostrado que su uso excesivo es la raíz del problema actual de contaminación.

Para ello, continúa la emprendedora, es importante evaluar qué plásticos se pueden evitar: “Estamos usando un material indestructible que no se biodegrada y eso hace que se acumule en el ambiente”.

Por qué se debería reducir el consumo de plástico

A través del comunicado de prensa mundial 2022 publicado en su página web, el movimiento Julio sin Plásticos expone que la contaminación plástica afecta a comunidades de todo el mundo.

Para la referente australiana, los plásticos son el símbolo de la sociedad de usar y tirar: “A pesar de los esfuerzos de reciclaje y la eliminación de desechos, están en todas partes, desde los océanos más profundos hasta la cima del monte Everest. Están en nuestra vida silvestre, en el aire que respiramos, en los alimentos que comemos y en la lluvia que cae sobre nosotros”.

Prince-Ruiz suma que el plástico “no solo está contaminando el planeta, sino también nuestros cuerpos ya que, incluso, se encuentra en las placentas de los bebés por nacer”.

Asimismo, recuerda un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que revela que la cantidad de residuos plásticos producidos a nivel mundial está en camino a triplicarse hacia 2060.

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Dicho documento estima que casi dos tercios de esos desechos provendrán de artículos de corta duración como empaques, productos de bajo costo y textiles. Para cambiar este escenario, Prince-Ruiz insiste en que es preciso reducir el consumo de plástico, en especial de los artículos de un solo uso.

Lo que es posible hacer para evitar el plástico desechable

De acuerdo a lo que explica Besada, dentro de los plásticos desechables, hay algunos que se usan y se tiran en el mismo instante (como el envoltorio de un chocolate) mientras que otros son más duraderos, como los envases de champú o los productos de limpieza que se descartan en un periodo corto de tiempo.

Para evitar el plástico desechable, dice la directora de Unplastify, existen múltiples opciones, como comprar a granel, usar champú sólido o llevar bolsas de tela reutilizables. “Hay alternativas que son súper fáciles de implementar y siempre recomiendo empezar por ahí”, sugiere.

Para hacer frente a la contaminación plástica, la exploradora de National Geographic invita a asumir el reto de cambiar pequeños hábitos. Para ello, destaca, es necesario crear una estrategia personal que permita pasar de la toma de conciencia a las acciones concretas.

“Podemos empezar por elegir un artículo plástico a eliminar y pensar qué es lo que necesitamos para no volver a usarlo”, explica. De lo contrario, si la acción es muy ambiciosa y no se planifican alternativas de sustitución, es muy probable que la implementación se dificulte. En ese sentido, una buena opción, agrega, es empezar por aquellas cosas que a la persona le resulten más simples de suplir. 

Además, la exploradora resalta que es preciso “crear nodos de acción para que quienes elijan desplastificar su cotidianeidad puedan diseñar estrategias que impacten en la vida de los demás”, ya sea dentro de la familia, en el grupo de amigos, en el espacio de trabajo o en cualquier ámbito.

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Para inspirar a otros a adoptar estos cambios, Prince-Ruiz propone inscribirse en el desafío de Julio sin Plásticos y compartirlo con amigos, familiares y colegas. 

Es un desafío y no una competencia, por lo que las personas pueden optar por hacerlo durante un día, una semana o todo el mes, así como elegir comenzar con una o dos acciones en lugar de tratar de eliminar completamente el plástico”, recomienda.

Para la australiana, esta podría ser una práctica a largo plazo, es decir, que comience en este mes y que se convierta en una forma de vida.

Por su parte, Besada aclara que toda la sociedad puede sumarse al desafío, independientemente de su edad y del sector al que pertenezcan: “Cualquiera puede impulsar cambios, pero lo primero es hacerse cargo y elegir ser parte de la solución”.

Vivir sin plástico: cuál es el impacto de las decisiones individuales

Como conclusión, la especialista argentina ilustra: “Cada uno de nosotros usa, en promedio, aproximadamente 45 kilos de plástico por año. El 42% del total, es descartable”. Por lo tanto, dice, las acciones individuales impactan en el planeta.

“Casi la mitad del plástico que usamos es desechable, no nos damos cuenta porque lo usamos y lo tiramos, pero representa mucha cantidad. Creo que con estas estrategias y recomendaciones, se pueden reducir toneladas de plástico al año y más aún si pensamos en medidas que lo amplifiquen a nuestras comunidades”, indica la exploradora de National Geographic.

Desde la web de Julio sin Plásticos, concluyen que cada elección que las personas hacen en sus propias vidas para reducir los desechos envía un mensaje y ayuda a generar impulso para cambiar el rumbo de la contaminación plástica.

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